El proceso de exploración minera en el Valle de Siria, departamento de Francisco Morazán, se remonta hasta la primera mitad de la década de los años ochenta, cuando la Fisher Watt Gold Company realizó exploraciones en la zona. En enero del año 2000, Minerales Entre Mares de Honduras, obtiene permiso para la explotación dentro del controversial contexto de la Ley General de Minería aprobada en 1998.
Tanto las concesiones de exploración como la de explotación ocurren en un contexto que implica la desarticulación del Estado nacional y el privilegio a capitales extranjeros o nacionales por encima de los intereses sociales y humanos. Al día de hoy, es un modelo que sigue promoviéndose y ejerciéndose en un proceso de traslado de recursos y bienes nacionales y comunitarios a inversionistas privados extranjeros.
A partir del año 2008 comenzó la etapa de cierre y post cierre de la mina San Martín, dejando tras de sí una estela de denuncias sobre afección a la salud humana de pobladores y pobladoras del Valle de Siria y ex-empleados de la mina. Las denuncias se tornan más numerosas, más frecuentes y más graves a medida que uno se aproxima al epicentro de la operación minera. Además, existen señalamientos hacia la afectación, contaminación y destrucción de flora, fauna y ecosistemas locales; daño económico, social, y cultural a las comunidades; así como una afectación severa a la democracia y gobernanza local, principalmente en lo que respecta a la confianza en las autoridades locales y nacionales. Preocupante también las denuncias de persecución a las y los activistas y organizaciones de la defensa del ambiente.
Coordinado con IDAMHO, esta investigación es la evaluación retrospectiva del proceso de operación de “Mina San Martín” en el Valle de Siria; en especial, su proceso de cierre y post cierre desde una perspectiva de la relación costo-beneficio para el país y las comunidades, así como los impactos social, económico, y ambiental de esta operación minera a tajo abierto.
